El autor expone las denominadas -en el derecho norteamericano- “reglas de la prueba”, cuya vulneración permite al abogado defensor formular una “protesta”. Estas protestas o impugnaciones frente a determinadas pruebas pretenden evitar, por ejemplo, la declaración de un testigo de referencia; la incorporación al proceso de una pieza de convicción respecto a la cual, desde el momento en que se obtuvo, no esté garantizada la custodia ininterrumpida, por parte de la policía o del Tribunal; la prohibición de aportar documentos mediante copia, a menos que se demuestre la razón que impide exhibir el original; la prohibición de preguntas orientadas a desacreditar a un testigo, que antes del juicio no fue impugnado; etc.
El trabajo subraya el diferente papel que, en nuestro Derecho, desempeña el abogado defensor y el presidente del Tribunal en orden al tratamiento de lasprotestas por violación de las reglas de la prueba, apuntando una crítica a la pasividad de ciertos abogados, y a la incomodidad que en algunos magistrados produce, la interrupción del abogado impugnando, durante la vista oral, la legalidad o constitucionalidad de una prueba o de una pregunta