Democracia y participación en la Unión Europea. Por Ruiz Devesa.

LO QUE SIGUE ES EL TEXTO DE LA PONENCIA PRESENTADA POR DOMENEC RUIZ,EN BRUSELAS EL 15 DE JULIO DE 2002,ANTE LA CONVENCION EUROPEA COMO REPRESENTANTE DE LOS JOVENES ESPAÑOLES. DOMENEC RUIZ ES LICENCIADO EN DERECHO Y EN CIENCIAS ECONOMICAS Y EMPRESARIALES Y COLABORA CON EL BUFETE EN TEMAS DE DERECHO COMUNITARIO Y DE COMERCIO EXTERIOR.

INTRODUCCIÓN

Con este texto pretendemos apuntar los temas a nuestro juicio más importantes para una discusión franca y abierta sobre el diseño institucional de la Unión Europea. Por ello, este documento no es académico y en consecuencia sus puntos no están cerrados. Sin embargo, sí sería conveniente acotar algunas premisas, por supuesto discutibles, pero que podemos considerar razonables para iniciar el debate. En concreto, se podría partir de la voluntad común de los participantes de crear más Europa, de aumentar los lazos entre los pueblos europeos y de facilitar la integración de los futuros miembros de la Unión. Ello puede realizarse por la vía tradicional en la Construcción europea, la de los «pequeños pasos en muchas direcciones», o bien a través de un nuevo camino más audaz que suponga un salto cualitativo en las actuales estructuras. Este es el primer punto sobre el que se tendrá que pronunciar nuestro Grupo de Trabajo.

Además, el Grupo de Trabajo sobre «Democracia y Participación en la UE» no puede desconocer temas conexos incluidos en los otros dos Grupos de Trabajo. En particular, el futuro esquema institucional de la Unión depende en gran medida de los objetivos y las misiones que los europeos quieran desarrollar, y en cierta medida, del papel que quiera desempeñar Europa en el mundo. Por otro lado, el debate debe tener muy en cuenta el fenómeno de la ampliación (mejor hablar de re-unificación de Europa, según la feliz expresión de Timothy Garston Ash), por lo que debemos celebrar que nuestros colegas de los Estados candidatos formen parte de esta Convención. Lo que valía para una Unión de 6 miembros, ¿valdrá para una de 25?.

¿NECESITA EUROPA UNA CONSTITUCIÓN?

  1. Este es uno de los puntos capitales de nuestro trabajo. Para muchos países, el término «Constitución», referido a un texto escrito superior a todas las leyes y que recoge los derechos fundamentales además de establecer la organización de los poderes del Estado, resulta francamente familiar. Para otros, como el Reino Unido, este instrumento es ajeno a una larga y admirable tradición, desde la Carta Magna de Juan sin Tierra a la «Bill of Rights», basada en la evolución de las propias instituciones. Ello no obstante, resulta indudable que desde el siglo XVIII el concepto «Constitución» ha formado parte de la común cultura jurídica y política de los europeos. ¿Existe un demos para la Constitución Europea?.
  2. Por un lado, nos encontramos con una serie de Tratados, a veces ininteligibles, que reúnen más de mil artículos. La palabra «Tratado», sin duda evoca cosas diferentes de la palabra «Constitución». Sin caer en nominalismos, es posible que un texto sencillo, manejable y estructurado, dotado de la fuerza simbólica de llamarse Constitución, podría ser un factor positivo en la construcción de una efectiva unidad europea, en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural y en lo ciudadano, que manifestaría expresamente la voluntad de vivir juntos sobre la base de unos valores compartidos, además de contribuir a una clarificación del marco institucional europeo.
  3. Si Europa necesita una Constitución, ¿quién debe redactarla? Con respecto a esta cuestión, el Grupo de Trabajo puede apoyar dos metodologías alternativas. Por un lado, está la forma tradicional, la de los Consejos Europeos, que reúnen a los Jefes de Estado y de Gobierno durante unos días al final de cada presidencia semestral. Por otro, está la nueva forma de la Convención, que reúne no sólo a los representantes de los Gobiernos, sino también al Parlamento Europeo, a los Parlamentos nacionales y a la Comisión, durante un mayor espacio de tiempo. En la actualidad, como es de sobra conocido, la Convención Europea está discutiendo la conveniencia de dotar a Europa de una Constitución. La Convención de los jóvenes puede posicionarse a favor o en contra de que esta misma Convención Europea produzca un primer texto constitucional. También cabe pronunciarse sobre la conveniencia de aplicar el método de la Convención en el futuro, y sobre como puede mejorarse la comunicación entre la Convención y las sociedades de los países europeos.
  4. La Constitución Europea, ¿qué orientación debe tener? Históricamente, los Tratados comunitarios han incorporado principios relacionados sobre todo con la Economía, como la libre competencia, la libertad de capitales, mercancías y personas, y más recientemente, con el Pacto de Estabilidad, los referidos a la reducción del déficit público y la inflación. Pero a medida que la construcción europea ha avanzado, se han incorporado otros principios de carácter social, presentes ya en el artículo 2 del TCE, tales como alcanzar un alto nivel de empleo o la cohesión social. Todos estos principios en ocasiones son contradictorios entre sí. ¿Cuáles debe reunir en su caso la Constitución Europea? ¿Europa debe mantener la tradición del Estado social en sus fundamentos constitucionales?. En todo caso, ¿cabe reafirmar en el texto constitucional los valores básicos de democracia, libertad, solidaridad, respeto por los Derechos Humanos, Estado de Derecho y protección del Medio Ambiente?.
  5. La Constitución Europea, ¿qué contenidos debe tener? Normalmente las Constituciones contienen como mínimo un catálogo de Derechos Fundamentales y la organización y competencias de los tres poderes clásicos, que en la Unión Europea encarnan, de modo muy particular, el Consejo, la Comisión, el Parlamento Europeo y el Tribunal de Justicia. En cuanto a los Derechos Fundamentales, la UE cuenta en la actualidad con una Carta de Derechos aprobada en la Cumbre de Niza en 2000, fruto por cierto del trabajo de una Convención. El Grupo de Trabajo puede aconsejar incluir este texto en la futura Constitución como catálogo de Derechos directamente invocables, sugiriendo en su caso añadir mecanismos extraordinarios de protección, o incluir otros Derechos. En cuanto a los órganos de la Unión, se sugiere realizar una discusión preliminar: ¿Debe la Unión Europea calcar el diseño institucional de los Estados? ¿Qué materias pueden estar sujetas al poder de veto de los Estados? ¿Debe tener un diseño propio, más original e innovador, que parta de los métodos comunitarios? ¿Qué elementos de la democracia representativa tradicional están en crisis?. Respondiendo a estas preguntas clarificaremos el marco constitucional que queremos para Europa. Pero además, cabe preguntarse sobre el peso que entendemos deben tener los Estados (el Consejo) y la propia Unión (La Comisión, el Parlamento Europeo). ¿Cabe reforzar la Presidencia del Consejo Europeo? ¿Qué hacer con las presidencias semestrales? ¿Aumentar los poderes de la Comisión y elegir un Presidente Europeo? ¿Otorgar mayor capacidad legislativa al Parlamento Europeo? ¿Debe primar el principio poblacional en las elecciones al Parlamento Europeo? ¿Crear un Senado Europeo que represente a los Estados, a las Nacionalidades y a las Regiones de Europa?. El Grupo de Trabajo debe tomar una posición al respecto, y de las respuestas a estas preguntas dependerá construir una Europa más o menos dependiente de los Estados. En últimas, los jóvenes europeos a los que representamos ¿Quieren una Europa más federal, con más vínculos e instituciones comunes?.
  6. La Constitución Europea, ¿Debe establecer un reparto de competencias entre los Estados y la Unión? En esta cuestión caben varias alternativas. Se puede simplemente enumerar las competencias de la Unión, o enumerar dos listas, una referida a los Estados y otra a la Unión. Por otro lado, cabe discutir a quien otorgar la competencia residual, y si las competencias serán compartidas o exclusivas. ¿Debemos reafirmar el principio de subsidiariedad?. Si bien esta es una cuestión técnicamente compleja, es interesante que el Grupo de Trabajo le dedique un poco de atención, pues apostar por el establecimiento de un reparto competencial entre los Estados y la Unión supone avanzar en el carácter federal de la Unión.

¿CÓMO ACERCAR EUROPA A LOS CIUDADANOS?

En las sociedades europeas, muchos ciudadanos sienten lejanía y desinterés por la política. Este problema afecta no sólo a las instituciones europeas, sino también a los Estados. Es posible que la democracia representativa clásica, tal y como fue concebida en el siglo XIX, sea insuficiente para las nuevas generaciones de europeos. Debemos discutir si la democracia, además de ser representativa, debe ser participativa. ¿ La democracia europea debe incorporar mecanismos que faciliten de la participación de todos los ciudadanos en la toma de decisiones, en particular los jóvenes, los niños, los ancianos, las mujeres, los inmigrantes, los excluidos en general, etc.?.

En el caso de optar en favor de una Constitución Europea, ¿Debemos incluir en la misma a los movimientos sociales, a las organizaciones de solidaridad, y a los mecanismos de participación ciudadana, tales como consejos vecinales, jurados ciudadanos, consejos infantiles y juveniles, consejos sectoriales, presupuestos participativos, foros temáticos, referéndums y consultas periódicas a través de las nuevas tecnologías?. En todo caso, ¿debe la Unión impulsar todo lo anterior a través de políticas públicas?. Asimismo, los jóvenes pueden manifestar su compromiso en la creación de una verdadera opinión pública europea, en la potenciación de los partidos políticos, sindicatos y organizaciones y asociaciones de la sociedad civil de ámbito europeo. Cabe igualmente potenciar una política educativa europea basada en la cultura común y en la enseñanza de las lenguas de Europa para crear una auténtica ciudadanía europea.

El Grupo de Trabajo puede también apoyar la simplificación de los procedimientos administrativos comunitarios así como la legislación de la Unión para que no sólo la entiendan los expertos. Cabe impulsar una mejora de los mecanismos de control y transparencia en el funcionamiento de la Administración comunitaria y en el uso de los fondos comunitarios

Más en particular, con el fin de crear progresivamente una identidad europea, cabe tomar una posición a favor de facilitar el reconocimiento de los títulos académicos, lanzar el «carné de estudiante europeo», aumentar la movilidad de los jóvenes europeos, a través de más y mejores becas de estudio, no sólo en los niveles universitarios, y de prácticas laborales en empresas e instituciones. Apostar por las instituciones juveniles europeas, por el impulso de un Instituto de la Juventud europeo y por la construcción de una verdadera política de juventud comunitaria supone sembrar las semillas para el nacimiento de una identidad europea, rica en la diversidad y no excluyente, que permita conjurar los fantasmas del racismo y la xenofobia.

L’Europe se cherche, elle sait qu’elle a en ses mains son propre avenir. Elle n’a jamais été aussi près du but. Qu’elle ne laisse passer l’heure de son destin.

Robert Schuman

Domènec Ruiz Devesa(*) es representante español en la Convención de Jóvenes (Sociedad Civil). Su e-mail es rumenec@yahoo.com

(*) Quisiera agradecer las contribuciones a este trabajo de David Chico, Pedro Gete, Antón Leis y Pepe Vida